Las funciones de la centralita de motor son varias. Ésta ejerce como cerebro del coche controlando que todo funcione a la perfección. En algunos coches incluso podemos encontrar más de una centralita de motor. Estas unidades de control son como pequeños ordenadores repletos de información.
Este sistema también es conocido por sus siglas del Inglés como ECU (Engine Control Unit). Algunas funciones de la centralita pasan por controlar la cantidad de carburante que se quema durante la combustión o los niveles de emisión de gases y las revoluciones del motor. La ECU cuenta con un microprocesador que recibe información de los diferentes sensores, y ésta es comparada con los niveles programados en la centralita.
Se podría hacer una clasificación de centralitas dependiendo de su tecnología y de la época de fabricación. Desde las más antiguas en las que solamente se controlaba la cantidad de combustible inyectado, hasta las más modernas que permiten ser modificadas o mapeadas para realizar cambios en los parámetros del vehículo y mejorar el rendimiento del mismo.
Algunas funciones de la centralita son:
- Recibir información del coche y del resto de centralitas
- Procesar la información y dar órdenes a los actuadores.
- Establecer el tiempo necesario para que la chispa inicie la combustión.
- Determinar la cantidad de combustible necesario analizando la cantidad de aire que pasa por el motor.
- Almacenar cualquier fallo del coche.
REPROGRAMACIÓN DE CENTRALITA
De esta forma, los niveles programados en la centralita del coche de serie se pueden reprogramar y ajustar para realizar lo que se conoce como chiptuning. Los valores programados de serie en la centralita del coche suelen tener unos márgenes de mejora muy amplios. Las marcas programan sus motores para que funcionen en condiciones extremas. Además, como ya hemos explicado en alguna ocasión, las marcas comercializan un mismo motor con diferente caballaje. De esta forma pueden ofrecer alternativas para tipos de clientes diferentes abaratando su inversión.
Finalmente, añadir que las unidades más modernas, en automóviles fabricados a partir de 1996, ya utilizan ECUs con sistemas OBD 2. Éstas permiten, en muchos casos, ser programadas mediante puertos OBD de manera externa. Así, se modifican con un portátil conectado al vehículo, en el que se visualizan todas las características de funcionamiento del mismo. En los últimos años se ha dado un aumento de componentes electrónicos en los nuevos modelos, con los que repercute en un mayor nivel de complejidad tecnológica. Esto se traduce en más ECUs, mayor especialización y sistemas más complejos.
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