En el mundo del chiptuning suele plantearse una pregunta bastante frecuente a la hora de decidirse por un método para potenciar el vehículo: La reprogramación o instalar una tuning box. El resultado final puede parecer el mismo, pero hay diferencias y en este artículo vamos a intentar explicar brevemente en qué se distinguen estos dos métodos para aumentar el rendimiento. Para ello, primero hay que conocer el funcionamiento básico de la centralita de motor.
¿Cómo trabajan las centralitas?
Los vehículos de hoy en día disponen de numerosos y complejos componentes electrónicos llamados de forma genérica “sensores”. Éstos son los responsables de dar información en tiempo real a la unidad de mando para que pueda trabajar los parámetros obtenidos. También de generar una información de salida a los elementos activos como pueden ser inyectores, bobinas, electroválvulas, etc.
¿Cómo funciona la centralita con la tuning box instalada?
Existen varios tipos de box externas: Específicas, manipulables mediante potenciómetro – potencia eléctrica – o por filtros de señales variables. Centrándonos en su funcionamiento, se puede ver que en todos los parámetros de la unidad de mando de motor siguen siendo iguales, con la importante diferencia que esos mismos parámetros adquiridos mediante los sensores llegan manipulados a la centralita debido a la inevitable latencia consecuente al método de trabajo de la tuning box.
¿En qué repercute esto?
Un motor no deja de ser una máquina que puede tener averías, por lo que dispone de una memoria de averías y eventos. Esto permite facilitar mucho el trabajo a los mecánicos de nueva generación. Su faena pasa a ser resolver conflictos donde intervienen más componentes electrónicos que no mecánicos. Los valores memorizados sobre una posible avería se verían afectados por esta manipulación, ya que la centralita no toma los valores reales.
La creación de una box se basa en una reprogramación, ya que se debe experimentar qué valores hay que manipular para llegar a la potencia deseada y crear un circuito que normalmente se compone de un divisor de tensión. Por eso la mayoría tiene un potenciómetro y varios transistores que trabajan la señal correspondiente. La centralita toma la función de otro régimen por lo que no trabaja en tiempo real.
Reprogramación de la centralita
Con la centralita reprogramada se trabaja en tiempo real y con valores reales, puesto que la centralita devuelve los valores y parámetros previstos por el fabricante o empresa dedicada a la gestión de motores. En todo momento, el funcionamiento es una orden directa y una se trata de una ejecución que se manipula.
Por lo tanto…
Para finalizar: La tuning box se trata de un invento interesante para vehículos cuya centralita no está explorada al 100%, o que no tenga posibilidad de lectura todavía. Pero es fácilmente detectable tanto a nivel visual como mediante la lectura de valores reales, que en este caso no serían los indicados por la centralita de motor.
La reprogramación directa sobre la centralita destaca por la instalación de un nuevo programa elaborado con esfuerzo y trabajo. Aprovecharemos todo el margen y posibles funciones que permiten una unidad de mando que funciona en tiempo real. Eso sí, con la información previa de todos los parámetros imprescindibles para un funcionamiento ideal. Esta forma de potenciar el vehículo también es detectable, pero sólo por comparación del checksum de la cartografía, utilizando el sistema de diagnóstico PIWIS.
Ambos sistemas son totalmente reversibles: se puede volver a dejar el mapa de gestión original sin que quede rastro. Así el vehículo podrá volver a estar de origen en cualquier momento.
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